lunes, 4 de mayo de 2020

DÍA 49:LOS PÁJAROS CANTANDO FURIOSAMENTE




Otra vez es fin de semana, si no fuera porque mi mujer tiene libre, seguramente ni me percataría. Vivo en un Sábado perpetuo, las temperaturas han subido, el esplendor de la primavera se hace patente, las montañas verdes,  el cielo claro  y los PÁJAROS CANTANDO FURIOSAMENTE son la prueba de que el ciclo de la vida sigue su curso.
    Hoy es el día en que nuestro «querido líder» ha decretado que la gente puede salir de casa, el pistoletazo de salida para que las hordas de gente invadan las calles. Distancia de seguridad, horarios de salida, son algunas de las medidas adoptadas por el gobierno. Confiar en el sentido común de la gente es un acto de fe tan vacío como estéril, es lo más parecido al desierto de Sahara. Grupos de gente deambulando por las calles, niños correteando y ancianos paseando con sus cuidadores son los elementos necesarios para invocar a la tormenta perfecta, ¿para esto nos hemos confinado dos meses? ¿Para esto saludan los descerebrados al aplaudir a las ocho de la noche? ¿Seguro que la sociedad será más colaboracionista? Esta última pregunta la puedo contestar, sí, colaborarán con el gran líder a pies juntillas, el individualismo está tocado de muerte.
    Mi lúcida o perturbada mente, según a quién se le pregunte, estoy convencido de que los pájaros no pian a causa de la primavera, estoy seguro que nos están advirtiendo. Nuestra insensatez y falta de respeto a un virus desconocido portador de la parca no es causa suficiente para que años de idiotez grupal desaparezca. LOS PÁJAROS CANTANDO FURIOSAMENTE,  insultando la estupidez humana,  cagándose en nuestra «superioridad intelectual», en la  inconsciencia, en la especie que es la fuente de los agravios cometidos al planeta.
    No quiero acabar esta crónica de forma negativa, quiero ser optimista, motivos no me faltan,  pese al confinamiento no me he sentido solo, es más, la semilla del optimismo ha brotado en mi interior.  Comprobar que no estoy solo, que un pequeño grupo de gente piensan y empatizan con muchos de mis pensamientos es alentador,  contar con Óscar, Javier, Juan, Cabotti y Daniel es lo mejor de estos meses de deriva autoritaria,  me siento como parte de la resistencia… ¡Qué cojones, somos el jodido Grupo Salvaje!