martes, 5 de mayo de 2020

DÍA 50: NO ME IMPORTA




He pasado una buena noche, he dormido casi ocho horas del tirón. No he tenido sueños que me inquietaran,  el gato no me ha tocado los huevos, la vejiga no ha querido descargarse,  mi mujer no ha roncando. Ha sido una noche plácida.
    Estoy en la terraza tomándome un café y fumando,  el bullicio de la gente pasando por debajo de casa no me molesta, la vida ha vuelto. Gente, ruido, gritos alegres,  carcajadas … NO ME IMPORTA , parece como si estos dos últimos meses hubieran sido un mal sueño. No pienso rayarme con las actuaciones de los demás, pese a que me importe una mierda esta sociedad se que formo parte de este circo, ¿sabéis? NO ME IMPORTA. Por muy antisistema que uno pretenda ser siempre se pasa por el
aro, la única diferencia es que yo estoy resignado como el cordero dirigiéndose al matadero. NO ME IMPORTA el qué ni el cuándo, sé con total certeza que todo se irá a la mierda, más temprano que tarde. Mientras escribo estos párrafos la sonrisa liberadora dibuja mi rostro.
    Aquí en mi terraza, fumando y bebiendo, podría ser tan buen momento como otro para que todo reventara de una puta vez, no soy de los que postergan lo inevitable. Sería casi hermoso que un meteorito cayera mientras cierro estas crónicas, entre calada y calada ¡pum! A tomar por culo. El pataleo y el inconformismo arrancados de raíz,  así, sin anestesia.
    Viendo cómo se comporta la masa, me importa una mierda la extinción de la especie,  lo importante y lo que me mantiene en paz es la regeneración de la tierra.  No creáis que esta es una crónica pesimista, todo lo contrario, si algo han demostrado estos meses de pandemia y confinamiento es que la biosfera se regenera a una velocidad pasmosa. Animales apareciendo en sitios como mínimo curiosos, los cielos limpios de contaminación o los ríos claros y depurados, es la prueba incuestionable de que sobramos, como mínimo, tres generaciones enteras.
    Mientras espero este reinicio me prendo otro pitillo. ¡Hasta luego, hijos de puta!